Cuando el mundo aparenta ser sòlo timbres rotos y en lugar de voces càlidas son màquinas las que interrumpen los La telefònicos,
cuando hasta los vasos son quiebres y el amor y la revoluciòn son lo mismo porque imposibles.
Ahora, en las algo como ruinas,
vuelve lo esencial.
Y caer ya no es caer sino saltar.
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